4 de agosto de 2011

Día 4 - "Todo lo considero pérdida comparado con el bien supremo de conocer a Cristo... por él doy todo por perdido y lo considero basura con tal de ganar a Cristo y estar unido a él" Flp 3, 8-9

Después de las dos horas de sueño acostumbrados por el famosísimo “jet lag”, “me cago en la leche”, decidí forzar la levantada, acudí a la capilla a rezar entre bostezos y fatiga el oficio de lectura y las laudes respectivas, acto inmediato nos dispusimos a celebrar la Santa eucaristía. Desayunamos... ya conoce la rutina, por lo que le prometo no le vuelvo a repetir.

Acto seguido nos preparamos para salir en el coche a regularizar mi situación jurídica como extranjero, fue una sorpresa para el P. Jiovanny y para mí, lo fácil que resultó por ser yo portador de pasaporte alemán, conseguir mi NIE (Número de identificación de extranjero), todo en esa cortica mañana. Caso contrario memanifestaba en el caso de ser extranjero no miembro de la UE. Lazo sanguineo que dicho sea de paso, ya lejano, correponde con mi bisabuelo paterno. Valga la aclaración que soy un remix de procedencias, entre mis bisabuelos : 2 indígenas y 3 europeos y otros que se reprodujeron, venga saber usted donde. Situación que me provoco indignación, lo que hace cuestionar mis prerrogativas.

Déjeme y le explico. Encontramos que para aspectos económicos en el derecho internacional económico existen principios (en virtud de convenios) como el de Trato Nacional, en donde se trata a un extranjero en aspectos económicos en igualdad de condiciones con los nacionales del país a los extranjeros. Ahora bien, en lo que respecta en materia de derechos humanos, -dingidad de trato-, la tendencia es crear ciudadanos de segunda, tercera y hasta cuarta categoría. El  trato  de infravalorización y menosprecio de la persona humana, parangonando,  se parece aquellos que provocaron los gritos apologéticos de la época de Fray Montesinos o Bartolomé de las Casas al trato  como animales que daban a los indigenás los colonos del nuevo mundo.

Ciertamente subdesarrollo, la dignidad, un proyecto postergado, y humillado por aquellos “países desarrollados”, que van cerrando sus fronteras olvidando la primacía del ser humano, que consiste en reencontrar el valor intrínseco de la persona humana, no en función de su utilidad pecuniria.

Se vive ahora con el “complejo del inmigrante”, ya preguntamos con miedo, eso si a pesar de gastar una pasta para sacar un visa que no nos asegura de que no nos den una patada en el… y nos manden deportados. Incluso para mí, ni el hecho de tener doble nacionalidad me escapa de somatizar ese complejo (que repito bautizó como el nombre “complejo del inmigrante”) inconsciente que provoca la incertidumbre de que no me vayan tratar igual por el hecho de ser también guatemalteco, que claro está, lo soy en proporción mil a uno, con respecto a mis raíces lejanas de donde se desprende mi nacionalidad alemana, lo que por Cristo estaría dispuesto a renunciar.

Ya si a esta altura del aburrimiento sigue leyendo, déjeme terminar el trabajo para que al menos lo duerma y ya esta.

En este camino de ir desprendiéndome de aquellas cosas que no me dejan vivir mi proceso, me tocó, y no al corazón precisamente, sino a los bolsillos. Y es que mi hermano no es lo mismo andar con 600 dolarucos en el bolsillo, de los que sabes que podes echar mano en cualquier momento, que andar pelado sin un centavo (exageración). Y es que se trata, vuelvo y repito, en poner toda la confianza en Dios, en ese camino al que vas siendo llamado. Pues bien, se me exhorto en cuanto a esa disposición, no para que se lo quedaran sino para guardarlo. Primero pensé bueno me quedo con algo, luego ya en la billetera le regatee a mi mezquindad y saque 200, después me llene la boca de bondadoso y saque 100 más, ¡oh que bondadoso soy! Me dije. Fui y entregue 300… Regrese y me veo engañado a mí mismo, reflexione trayendo a colación la historia, esa de la biblia que habla del joven rico que le pregunto a Jesús que teniá que hacer pa ganar el Reino de los cielos, de la que ya conocen el triste desenlace, y me dije, ya resignado: bueno estos para donarlos, finalmente, voy y los entrego todos ya disponiéndolos para un buen fin, ajenos a los míos y mi tontas seguridades.

“¡Bua!”, que le diré hermano me sentía jugando al póker a ver si me salía el “bluff” y dejaba sin un pavo a esos compinches en la mesa de póker, en donde jugaba al frente “Mi sana consciencia”, con la gorra roja a mi derecha “Mi proceso vocacional” y con los lentes de sol, -atrás mío-, Jesús quien me susurraba al oído “all in” “no seas gay” ¡Pues ya esta! Me lo juego todo, máxima apuesta. Y nada salí como un pelado disparado de esa mesa ficticia de póker como mi broder Jesús (perdón el ejemplo tan burdo, de un hombre “nuevo” que aún para hablar de su fe sigue recurriendo a las pajas del hombre viejo que tantas mañas le enseño).

Luego fuimos a la playa (arpovechando que aún es verano y que sólo dos meses es "utilizable"). Y pues nada, después de cenar la respectiva tertulia o teologada nocturna, de la que les dejo una imagen de aquel recóndito y confortable paraje en donde mis hermanos y yo conversamos.

1 comentario:

Un inmigrante sin complejos dijo...

Que rizas me das !!! ( creo que se escribe asi). me ubieras dado los 600 dolaraucos ( no se como llamas) que me lo guardaria sin ninguna culpa...pronto lo hecharas de menos.. ya veras ! jejejejejejeje.
Quanto al complejo de imigrante no creo que sufriras por eso,tenes que dar gracias a Dios por ser miembro de la comunidad europea...infelizmente hay personas que sufren mucho por aqui por ser imigrantes... tómalo como un regalo de Dios tus raices europeas...cada vez las leyes se ponen dificeles para las familias no miembros de UE y gracias a esto todo se hace mucho mas sensillo a ti por estos lados europeos.