Hoy amanecí como un monje, ¿Qué es eso? Se preguntará querido lector, pues esa misma pregunta me hago yo, vamos analizar la cuestión. Dicen que he de pasar de la toga al hábito, ¿en qué consistirá eso? De la verborrea argumentativa a escuchar la dirección del maestro; de hacer oír mi voz grandilocuente a saber callar y mendigar el silencio en mi interior aún agitado; de los sonidos de música a todo volumen provenientes de los colmados (bares en San Cristóbal) al natural graznido de un bello petirrojo afuera de mi habitación (vaya a saber usted si realmente es un petirrojo, es posible). Estamos hablando de verdaderos contrastes, ahora mismo mientras escribo volteo la mirada a mi derecha, a través de mi ventada se vislumbra un pino erguido cuasi perfectamente vertical, rodeado de arbustos con florecillas moradas y un huerto circundando, no le voy a mentir que es un panorama espectacular, sencillamente peculiarmente atractivo, que me hace sentir en un monacato del siglo XI, hará falta ir retrocediendo hasta el siglo IV a Casiciaco (lugar en donde San Agustín hizo sus primeros intentos de vivir el ideal evangélico de vivir en comunidad con sus amigos) con San Agustín. Bueno querido lector ahora mismo el sol me apunta al rostro despabilándome para que me bañe y me diriga a mi segunda oración comunitaria, laudes, después vendrá misa, a pesar del “jet lag” que le dicen, no me lo quiero perder… Pediré por usted y por mi.
Torrente, Valencia, 31 de julio de 2011.
1 comentario:
Los petirrojos tiene su mision que es volar...el maestro interior que que es aquel que te ha llamado es a aquien tienes que seguir oyendo, el te dara las cordenados del vuelo, como los petirrojos.
Asi que ya sabes, a volar !!!! eso es lo que deseo...a volar...se te dio alas, tu vocacion es volar...saludos
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