3 de agosto de 2011

Día 3 - "Estamos en camino de la unidad, teniendo como punto de partida la diversidad" (Serm. 284, 4)

El despertador no me alcanzó ni gallo que cantó… amanecí tarde (a eso de las 11 y media), el cambio de horario me retuvo despabilado de las 2:30 am a las 6 de las mismas sucesivas. No tuve más remedio que agarrar tres libros y alternarlos. Ya posteriormente después de rezar horas intermedias y almorzar con los hermanos, que dicho sea de paso  siempre prestos y dispuestos a compartir y a demostrarte tu importancia individual-, comimos. Déjeme decirle que poder sentarse a la mesa con 4 hombres, uno de 24, otro de cincuenta y tantos, otro de setenta y pico y uno de ochenta y cinco y que se dirijan de tú a tú y escucharte como si tu experiencia valiera  un pepino a la par de un tipo que me lleva 60 años de canas y pelos caídos (digo porque si las canas ya son signos  de sabiduría, el quedarse calvo ya es el culmen), no deja de ser curioso y sorprendente para mí. Después tuve oportunidad de realizar mi "corrida" respectiva de reconocimiento por la ciudad (no recuerdo cuando se volvió en mí una costumbre), siendo la mejor forma, en mi particular forma de apreciar, de ubicarse recién llegado a una ciudad, después volví a salir con mi partner Carlos, quien me mostro otras “delicias”(palabra y expresión muy suya, que tendré que adoptar a mi argot, ya rico en palabras choleras y también refinadas)  de “El Vedat”, barrio donde  se erige el monasterio.

1 comentario:

un hermano dijo...

Para veas que tenemos hermanos de todas las edades....se almento la familia!!!!!!!!jejejejej