4 de junio de 2008

Excomunión o Expulsión

La Excomunión una expulsión...

Me he visto en la necesidad de recopilar información sobre este tema en particular, ya que como es evidente existe una ignorancia generalizada entre católicos y no católicos, que rápidamente saltan a opinar con prejuicios e inconformidades en cuanto a esta figura, que es en realidad, desconocida por la gran mayoría. Esta figura se contempla dentro del NT, (1 Cor 5), por lo que no es un invento de la Iglesia sacado de la manga, en este texto se puede apreciar un caso de excomunión, por parte de San Pablo y la comunidad de Corintio, a un hermano que comete el delito de incesto con su madrastra.

Concepto: la pena impuesta por ley canónica por la que un católico es parcialmente excluido de la vida de la Iglesia.

El catecismo en el numeral 1463 nos dice: “Ciertos pecados particularmente graves están sancionados con la excomunión, la pena eclesiástica más severa, que impide la recepción de los sacramentos y el ejercicio de ciertos actos eclesiásticos, y cuya absolución, por consiguiente, sólo puede ser concedida, según el derecho de la Iglesia, por el Papa, por el Obispo del lugar, o por sacerdotes autorizados por ellos. En caso de peligro de muerte, todo sacerdote, incluso privado de la facultad de oír confesiones, puede absolver de cualquier pecado y de toda excomunión.”
Existen figuras jurídicas como la excomunión latae sententiae, la que consiste en mas o menos una excomunión automática, que no requiere de declaración formal y pública y se produce ipso facto por la comisión de un delito, delitos tales como la apostasía, herejía o cisma y casos como el procurar o participar en un aborto o la cooperación necesaria para que un aborto se lleve a cabo (CIC 2272; Ley Canónica 1398).

¿La excomunión es lo mismo que la condenación eterna?

No. La excomunión ciertamente pone en peligro mortal al alma del excomulgado, pero en realidad, la excomunión tiene un sentido de misericordia. Es una forma en que la Iglesia hace ver al fiel cristiano la gravedad del delito que ha cometido, tan grave que al cometerlo se ha excluido de la comunidad eclesial. Pero la excomunión no es irreparable, si el fiel cristiano toma conciencia de la gravedad del delito, se arrepiente, da muestras sinceras de este arrepentimiento y pide volver al seno de la Iglesia, el Obispo del lugar le puede levantar la excomunión y la persona pude volver a ser recibida en la comunión de la Iglesia.

Es importante ver la excomunión como un medio de misericordia, como una especie de castigo medicinal que finalmente su objeto y finalidad no es castigar, sino es un medio de último recurso que busca llevar al pecador, que al verse privado de la comunión con la iglesia, para recibir los sacramentos y participar de manera activa en la Iglesia, lo lleva a darse cuenta de su carencia y por lo tanto busca llevarlo a una reflexión profunda del hecho deplorable que ha cometido, buscando su arrepentimiento y en última instancia la salvación de su alma. Es importante recalcar que es el pecador y no la iglesia quien rompe con la comunión.

Un caso típico de la vida cotidiana puede ayudarnos a ejemplificarnos la esencia de esta figura. El caso del hijo drogadicto y borracho que esta arruinando su vida, el Padre lo ha reprendido numerosas ocasiones, el hijo obstinado no puede ver mas allá de su pecado. El Padre preocupado por la situación de su hijo se ve compelido a utilizar medidas extremas para llevar a la reflexión a su hijo, le dice hijo mío si tu persistes en esta actitud, no puedes vivir en esta casa, por tanto el Padre viene y lo expulsa de su casa, el hijo ya envuelto en esta situación empieza a ver todas las carencias que le representan ya no vivir con sus padres, se torna más difícil la situación y lo llevan a reflexionar más hondamente con respecto a las reprimendas del padre y sus errores; finalmente es evidente y lógico pensar que el padre no ha cerrado las puertas del hogar de manera irrevocable, es lógico pensar que el hijo arrepentido puede acudir en cualquier momento a la casa, ya que las puertas de la casa nunca se cerraron, están abiertas para el hijo que quiere vivir conforme a las reglas de una vida sana, una vida fructífera y no disoluta.

En conclusión el fin de la excomunión es medicinal, ya que la Iglesia no puede restringir el alcance de la misericordia de Dios, pero si puede manifestar su discordancia con el delito cometido.
Erick Rodrigo Spiegeler Herrera.

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