3 de agosto de 2011

Día 2 – “La seguridad, por más que se empeñe el hombre, no es patrimonio de esta vida” (Serm 128, 5)



Después que logré alcanzar la plegaria de la mañana donde prometí encomendarlo (por cierto se me olvidó) y de la misa matutina, que dicho sea de paso es diaria, -una misa a puerta cerrada de solo los hermanos agustinos, por ser una capilla interna-, respectivo desayuno… y ya verá querido lector que no le será difícil seguirme, ya que se aprenderá mi rutina que nunca cambia salvo sábado y domingo, en periodo de verano. Finalmente a eso de las 10  ya subí a desvencijar mi maleta, por qué el término se preguntará, haciéndole la aclaración de que no se trata del uso extravagante de las palabras para apantallarlo estimado lector. Y es que mi maleta a sufrido una disminución gradual en prendas proporcionalmente a la capacidad de entregarme, déjeme explicarle la cuestión… Antes de salir de Guatemala ensayando en el desprendimiento regale ¼ de mi ropa, no le voy a mentir, me deje la mejores prendas llevándome poco más de 2/4 conmigo (que en términos medibles, era un cachimbazo de ropa, solo me falto el make up), lo que me costó un pago innecesario e irrisorio de 55 dolarucos por exceso en el equipaje (ahora entiendo cuando momia dice: "es más fea que pagar en dólares"), -no soy tan astuto en la finanzas como verá-, y arribe a tierras caribeñas (RD- República Domincana) y finalmente me percate por comentario de mi hermano P. Ismael, a quien le hice alusión de que me iba de RD con media maleta de la que había llevado (1/4 de toda mi ropa) acertadamente me dijo, “bueno por lo menos ya te vas de aquí con media maleta, ya es algo” y es ahí donde entendí que la cosa tenía su importancia (me disculpo que en mi mezquindad de corazón, lo de las maletas sea para mí un tema de suma trascendencia).

Comprendí que de eso se trata lo de la riqueza interior, vaciarse primero de todo lo exterior para llenarse del Todo interior, pero bueno espero que ya al salir la próxima vez mi maleta sea fraccionariamente 1/8 de toda mi ropa, ya hasta podré viajar sin maleta y qué, aunque se me acuse de mendigo espiritual, bienaventurados los pobres de espíritu… que viajarán sin maleta.

Bueno y mi día (día del Señor más propio) terminó con una tarde noche digo (porque aquí se oculta el astro rey a las 9:30pm), en mi primera caminata por Torrente acompañado del muy ameno y broder Carlos (tipazo, por cierto).

2 comentarios:

Thats me again !! dijo...

a lo mejor cuando vuelvas de vacaciones tendras que comprar otra maleta , generalmente se renueva el guarda ropa.jejejejejeje...quizas no te pase a ti...luego con los años volveras desprenderte de todo y viajaras solo con una mochila jeejeje , sé de alguien que le ha pasado esto este verano.jejejejeje

Erick Spiegeler dijo...

Me alegra saber que vamos por buen camino, espero poder seguir su ejemplo, viaje al mundo sin maleta jajaja. Pero enserio no deja de soprenderme cuadno recuerdo a Fray Eugenio de 93 años llegando a Guatemala con un maletincito tipo doctor Chapatín, que si mucho le entraba dos mudadas de ropa.