No puede quedar ajeno a esta pequeña bitacorá, un hecho de suma trascendencia en mis impresiones, del día de ayer, en donde compartia con ustedes el silencio, po rla mañana celebrabamos la renovación de votos de mi hermano Carlos. Pues bien y ¿que es esa "vaina"? se preguntará. Como bien sabrá el lector, una cosa es el hacerse religioso y otra el ser ordenado sacerdote. Pues bien la orden de Agustinos Recoletos (OAR), es una orden de religiosos de la gran familia agustiniana (ordenes religiosas como la Orden San Agustín, OSA, de donde nace la nuestra) quienes siguiendo el carisma agustiniano retomado en el periodo de la recolección por la "Gran Unión" (1256 d. C.), buscan vivir de manera radical el ideal evangélico consagrándose a Cristo por los votos de castidad, pobreza y obediencia. Ahora bien, como va la cosa... Una vez que el religioso atravieza su proceso de postulantado (en el que me situo yo actualmente, en donde además de iniciar un proceso canónico de discernimiento dentro de la orden, se aprovecha para realizar estudios de filosofía), se pasa a la etapa del noviciado, que para no entrar en mayor detalle, es como la etapa del noviazgo, -salvando las distancias-, en donde el novicio se decidi al final si quiere profesar los votos simples, es decir por un número determinado de años (normalmente 3 años, optativo), por lo que son temporales, aunque el nuevo fraile como me expresaba en su experiencia Carlos, lo estima para siempre, aunque es una etapa de maduración.
Una pequeña presentación para el que le interese la historia y carisma de la orden:
Después de esta pequeña clase de derecho canónico, lo que lo hace engorroso, lo dejo con la experiencia en carne propia y en palabras de Carlos, que en honor a mi admiración por él, me causa gran alegría saber que existen jovenes que con tanta naturalidad y con la honestidad y franqueza de gran temple que lo caracterizan, se decida, "que en vez de como muchos buscan ganar su vida, el se decida por regalarla"(P. Jiovanny).
Un año más un año menos, segundos, minutos y horas que seguro vale la pena consagrarlas a Dios. Y por mi parte me concedo la libertad bien intencionada, de pedirles por la bendición de Carlos en su vida como ser humano, fraile y hermano consagrado por amor. Pidan por él, no por lo que queremos de él sino por lo que él quiere y Dios quiere en él.
"¿Què renuevas? La Felicidad
Publicado el agosto 8, 2011 por Fr Carlos
Hace tres años, un sábado, de rodillas, hice mi profesión simple como agustino recoleto. Mi intensión de fondo era para toda la vida, pero en el fondo, no tenía ni la más remota idea de lo arriesgado e interesante que sería en el fondo esa decisión que había tomado. ¿Arriesgado? Claro, no sabía como iba a ser el camino que iba a tomar mi vida. Me consagré a Dios, sí, pero no sabía que seguir su camino iba a transformar totalmente mi manera de ser, de ver, de sentir, sin dejar de ser Yo...."
Continuar leyendo ¿Qué renuevas? La Felicidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario