7 de agosto de 2011

Día 7 – Trabajar en la huerta mejor que una homilía dominical…

Y que decir de este sábado hermoso. Un día excepcionalmente especial y de gran alegría (finalmente el festejado soplo las 85 velas). Pero primero lo primero, paso lo que paso… Fue día de trabajo en la huerta de atrás. Después del nutricio desayuno nos dirigimos a la huerta. Mi primera incursión en la agricultura que paradójicamente se convirtió en una clase de Teología bíblica.



Recordará estimado lector que los evangelios están plagados de parábolas y analogías que utilicen el recurso metafórico de la agricultura. Habrá leído: El Reino de los cielos “se parece a una semilla de mostaza”,” el sembrador que salió a sembrar”, “la higuera”. En fin, una lista numerosa de referencias, por lo que finalmente llegue a la contundente e irrefutable conclusión de que la Biblia es sencillamente un manual de agricultura… ¡que noooo! (diría Laura).

Dejando de lado las bromas déjeme compartir mi descubrimiento. Después de que se me diera la indicación, de que fuera sustrayendo la cizaña (tendrá a bien saber que la cizaña es una mala hierba, ¡ni para fumar sirve!), que circunda los surcos en donde ha brotando la semilla (en este caso de tomates, sabrosos tomates por cierto, y lo dice un tipo que juro que nunca iba comer tomates en su vida, pero bueno esa es historia de la sección “trabes de niñez” que dejo para otra oportunidad). Me fui dando cuenta no solo lo laborioso sino lo delicado del tema, -quizás mi hermano Carlos podría ampliarles el tema con las cebollas…, a todos nos pasa mi hermano, que bueno que no me dio el azadón porque un elefante africano asaltando un cultivo se queda corto conmigo y el azadón en mano-.

Me surgió entonces la duda con la parábola del “trigo y la cizaña”, esa que cuenta que el propietario ordena que las dejen crecer juntos hasta la siega (tiempo de recoger cosecha), en donde la cizaña será apartada y atada para luego ser quemada, en fin, el tema de trasfondo escatológico y la referencia a la polémico sobre la coexistencia del bien y el mal…, buenos y malos queramos o no, conviven juntos… Pero el punto es la lógica agrícola que tiene la misma, como bien me explicaba Carlos, la cizaña que crece junto al trigo no se puede quitar antes (cosa que si se puede hacer con otros cultivos) y esto en razón de la dificultad para distinguir la una de la otra,- trigo y cizaña-, ya que se parecen mucho, lo que provocaría la destrucción de la buena semilla, el trigo. Finalmente, la analogía aplica con su lógica a la explicación del Reino de Dios y la coexistencia paralela de buenos y malos en el mundo, que Dios permite que vivan juntos, en libertad, hasta el final de los tiempos, -la siega-, en donde cada quien será juzgado según su obras… según el amor dicen los grandes maestros espirituales.
Ahora la pregunta que le dejo es de reflexión personal, ¿usted es trigo o cizaña? ¿O es que a veces parece que es trigo y otras se vuelve cizaña? ¿O es una hazaña verlo de trigo y a todos engaña? En realidad olvide las preguntas... no me interesa lanzarle un sermón moralista, que aburrido, innecesario. Pero con humildad dejeme recordarle mi querido lector, que Dios sembró trigo en su corazón... deje que brote y que hunda sus raíces en lo más profundo del amor. Y dese con creces porque “la única medida del amor es amar sin medida”(San Agustín).


1 comentario:

Tu hermano dijo...

No se si soy trigo o Cinzaña , pero sé que sea lo que sea Dios esta comigo para que a cada dia sea como el trigo, pero me hace madurar con mi parte de cinzaña...jejejeje .
enhorabuena !!!Ver las manos invisibles de Dios en las cosas sensillas y cotidianas es reconocer que Él es el Dios de nuestra vida, de nuestra historia! deseo que sigas vendo su presencia que rodea y te sorpreende a cada segundo...Avanti !!!
Tu hermano.