14 de agosto de 2011

Día 15 - Otro pensamiento

“Bienaventurados los afligidos, porque serán consolados… lo que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” “Dejen que los pequeños ancianos vengan a mi”

“Dejemos que la viejitas se quejen, nos quejamos de que la viejitas se viven quejando. Si tuviéramos un idea real de lo que han sufrido, dejaríamos que se quejaran y lloraran en nuestro hombro, ya ellas no necesita que le digamos que sean fuertes, que no desfallezcan ahora, que se han mantenido firmes toda la vida para que tiren la toalla al final…, ya si lo que quieren es descansar, dejar de disimular el dolor que les ha causado la vida, soltar las palabras de miedo y angustia que callaron para no preocuparte la vida.

Ya imagino que ya a esa edad repiten constantemente: “ya estoy lista Señor”, “puedes dejar a tu siervo irse en paz”, será esto un derrotismo a la vida… No, lejos de eso es la concepción de haber triunfado en la vida, listo para dar el siguiente paso… Dejemos de quejarnos porque las viejitas se quejan, palpemos en sus ojos vidriosos y su voz resquebrajada el anhelo del hijo prodigo que regresa a la casa a los brazos del Padre misericordioso”.




Quizas esten esperando el tan anhelado abrazo




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