8 de septiembre de 2011

2da semana, Marcilla. Reflexionado - "Sangre de mártires, semilla de cristianos".

Muy Curiosa y multiforme es la historia la de la Orden de Agustinos Recoletos. Y en específico truculenta y tumultuosa son las andanzas de la Orden de Agustinos en Japón en el siglo XVII. Quiero referirme en concreto a los heroicos testimonios de sufrimiento y martirio de muchos cristianos frailes y laicos en Japón (Más datos).  Sus mártires San Vicente y San Francisco, los más emblemáticos al respecto, lo testimonian en cartas escritas dirigidas desde la prisión en donde se encontraban recluidos por disposición del "tirano" (así llaman al emperador que propugna la persecución a los cristianos en el Japón) hasta su muerte en el martirio (nov. 1629-nov.1632). Dichos documentos que pudimos estudiar, aunque  de manera superficial debido a dos factores: sus dificultades de interpretación por estar escritas en castellano antiguo y el reducido espacio de tiempo.  En ellas, con sus palabras contundentes pero serenas, con cierto tino  de cinismo que se traduce en fervor y firmeza en la fe. Porque vamos, para un "no creyente",  fácil podría decir que es una "carta de locos", pero para el fiel creyente evidencian en realidad el valor objetivo de la fe cristiana,  documentos de invaluable contenido espiritual- teológico.

Para poder transmitirles una panorama genérico del contenido de las misivas,  me propongo a transcribirle taxativamente y de manera aislada algunas líneas pero sin dejar por ello de hilbanar la interconexión del bagaje teológico espiritual que contienen. Advierto, el contenido de las mismas no dejaran de sorprenderlo, por la desnudez y franqueza de las palabras, por la sicneridad de palabras mortalmente vitales, de dos frailes, que añoran ("spe salvi facti sumus" Rm 8, 24) el paso de la muerte a la vida, alentados por un no sé que  de"energía sobrenatural", son capaces de temer a la muerte pero hacerle con graciosa serenidad frente, que esperan a la muerte como a la bella durmiente que los despierte a una nueva vida.
Transcribo, entonces, las líneas que más me impresionan y resaltan dicho contenido espiritual al que luego hare alusión.
Fr. francisco de Jesus como pastor, preocupado por lo horrendos acontecimientos que alcanzan a sus fieles, escribe:
"Para que V. md. (Vuestra Merced) alabe al Señor, digo: Que despues que los Descalzos venimos a esta Tierra, son mas de trezientos Martyres los que ha avido en todos estos Reynos...fuera de otros muchos..."
"Asimismo avian traido presas a diez, o doze Muchachas Donzelluelas de Firaxima... Aqui llegó nuestro dolor, y sentimiento... verlas hechas Esclavas de vn Tyrano, que solo pretende tyranizar los cuerpos, y Almas. Y lo que de llorar es, que las de mejor gracia las venden a gente ruin... y la compran para ponerlas en Casas publicas (léase prostíbulos). A quien no quebrantará el corazon de dolor!"

San Vicente haciendo alusión a su pasión inminente escribe (1 nov. 1630):
"...no queda lugar de durar, de que se prepara para nosotros el Cadahaso, digo el Teatro (era un lago de aguas sulfurosas, en donde morían quemados lentamente), a donde yo, y quatro Compañeros haremos el vltimo Sacrificio, dando nuestras vidas por el Redentor.".
"Nuestro Señor assi lo ordena, de aqui me despido... Por lo qual, hablando con todos, digo en primer lugar, me ayuden a alabar al Señor Dios de Misericordias, que tantas usa conmigo, inutil Siervo suyo, trayendome a este Lugar; de donde, confiado en su Sagrada Passion, espero salir a dar la vida por el que primero la dió por mi".
"Visteis Hermanos mios, el temeroso, y horrendo expectaculo, y cada vno dirá en su corazón. O cosa rigurosa para temer! No me negará ninguno, que adonde llega la sombra de la Muerte, aunque sea en cama de flores, causa temor, y espanto. Dichosos serian, si viendo, temieron; y temiendo, esperaron en el mismo Bien." Y coronando ya su pasional exposición, llega al climax espiritual: "O Hermanos, qué barato se dá el Cielo.; pues a un pecador como yo, y aunque por tal indigno de él, espero en la Llagas de Jesu-Christo, que pagando la Moneda debida, solamente con un poco de fuego, he de ir a gozar de su Gloria!"
Estimado lector, las impresiones e interpretaciones las dejo a su libertad, ya daré mi opinión en la próxima ocasión. Sólo baste recalcar que no estamos hablando de las persecuciones que se suscitaron en las primeras eras del cristianismo (Nerón, por ej.), sino de una de las persecuciones más grandes de la historia del cristianismo,, sino la peor, con numerosos martires ya betificados (188), ocurrida en los siglos más recientes de la historia de la humanidad. Por lo que pregúntese, ¿si la fe cristiana, -su fe-, estos testimonios le dicen, indican o trasnmiten algo? Pero recuerde aquí no se trata de una cristiana gallardía, sino que lejos de ser meritorio de estos hombres y mujeres, ellos mismos lo reconocen como don de Dios, hay un elemento supra humano, que por franca humildad no se atribuye a las solas fuerzas de estos hombres. 

Entonces ¿Nos dice algo, hoy en día, que hace pocos siglos todavía haya habido cristianos dispuestos a morir antes de renegar a su fe en Jesucristo? ¿Será que defendían un ideal? o ¿se querían ganar "el cielo", siendo que ellos mismo reconcocen el mismo como gratuito? Bueno simplemente preguntesé como esta su fe y si la misma es producto de una historia individual o se encuentra interconectada con una historia del cristianismo que ha derramado sangre, y si esa sangre, la de los mártires, ¡la misma sangre de Jesucristo! vale la pena siga circulando en nuestras venas, o formulandolo de otra maenra,  como decía el gran ciéntifico y estudioso "de los milagros eucarísticos" Dr. Castañon: "¡Hasta cuando tendrá que sangrar este pobre hombre [Jesús] para que le creamos!"

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