17 de octubre de 2011

Día 0 - De cara con Dios - Clarividencia interior.

La historia de la humanidad en la fe, comenzó con Abraham.

Recuerdo haber recurrido mnemónicamente a la historia bíblica de Abraham en un momento de mi vida cuando de manera incomprensible me dirigía al monte en donde sacrificaría a mi hijo Isaac. Isaac representaba todas mis querencias, anhelos profundos, mi plan y proyecto de vida, mi familia, mi status quo, en fin era dejar atrás lo que había atrás sin saber que vendría por delante… lo que aún permanece así, pero algo cambia. ¿Qué cambia cuando un hombre decide lanzarse ante la incertidumbre de lo venidero? ¿Qué ocurre cuando de manera absurda un creyente se lanza al precipicio creyendo oír la Voz al final?

Pues bien lo cierto del caso es que llegas a una conclusión: al "uh/" onomatopéyico y sonido gutural que sale cuando no sabes que decir, del Misterio inefable. Te encuentras en un estado sempiterno que se resume en un "Sólo Dios basta", siendo jamás un "sólo Dios basta" excluyente o alienante de la realidad, sino que implica toda la vida y las vidas de los demás.

¿Qué pasa? subyace la pregunta, subrepticiamente se me escapa en el pensamiento, “todo y nada” ¿Qué paso cuando Abraham en el absurdo de la obediencia dirigió a  su hijo con tretas y engaños al altar de los sacrificios, para degollarlo, quien no es más que el simbolismo de la promesa de Dios, de lo que era su todo? Esta "prueba" de Dios, que es en realidad aquello que suponemos que Dios nos pide y que hacemos buscando agradarle, se enmarca en un claro testimonio de confianza, renuncia, entrega y abandono total en Dios. ¿Que paso con Abraham en el momento en que se disponía a consumar el sacrificio? El ángel del Señor le grito, detente (Cfr. Gn 22, 12), y paradójicamente al instante recobro “su todo”. Por eso, secuencialmente, de decir lo tengo “todo” (la promesa de Dios) paso a un no tengo "nada" y cuasi al instante, con un detente, nuevamente lo recobro "todo" y sin darse cuenta había ganado el “Todo” de Dios [“solo Dios basta”] ¿Se creía enserio Abraham que Dios le dejaría ganarle en amor y misericordia?

Pues bien hoy puedo decir que no me cuesta para nada reconocer en el paradigma histórico de nuestro padre en la fe, Abraham, -que se convertiría en la historia de salvación del pueblo de Dios-, mi historia de salvación personal, que sigue siendo un misterio. Funciona algo semejante a esto: Entrego todo, ciertamente regateando, pero finalmente todo, y cuando me veo ahora sin nada, teniéndolo "Todo" (con mayúscula), paso a recobrar  “todo”, lo que si no hubiera llevado primero "obedientemente" al altar de los sacrificios, no me hubiere permitido nunca reconocer al "Todo" [de Dios] que descubro en el momento que me veo sin "nada". 

La fe, que es al final de todo en la Historia de la Salvación, pura y llana incertidumbre del presente... La fe que no es un camino de certezas y por eso se camina con alguien que acompaña… La fe que no es un camino de predicciones futuras o historias escritas... La fe es más bien una pluma de escribano que se mueve al ritmo de tu vida en ese juego de posibilidades y tus decisiones, con un ingrediente de azares que pierden significancia temporal en la eternidad del “aquí y ahora” de la fe en el Dios de la promesa. Porque es abandono en el "nada te turbe nada te espante", porque "Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni mente humana concibió, lo que Dios preparó para quienes lo aman" (1 Cor 2, 9). 

Finalmente peregrino soy, sin un claro destino, "no soy de aquí ni allá" (sino de otro lugar que desconozco). Forastero de la existencia frugal de esta vida. Pues nunca lo había tenido tan claro en la vida, y es que no tengo nada claro en el hacer, que corresponde al mundo de mis decisiones, pero sí lo tengo claro en la consistencia de mí ser, estar y existir, que es Dios y amar... es el “Ki”, es el "uh/" de la cuestión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Erick, encontre su blog por ahi, podría hacerle un par de preguntas, así de pura curiosidad. Me escribe a soylaura.punto@gmail.com?

Erick Spiegeler dijo...

Hola Laura, creo que casi 7 años después vi tu comentario, contame si aún te puedo responder algo, feliz día.